Ciudades que enamoran
Los vínculos afectivos que podemos constituir con las ciudades que nos reciben como turistas y, más aun, con las que nos amparan en lo cotidiano, pueden resultar material valioso para un relato cinematográfico. Escenarios que, por transitarlos con urgencias y a diario, se nos hacen esquivos a la imaginación y al descubrimiento. Colores, aromas, sonidos, entramado social y sensible que, un ojo bien entrenado, puede revelar y plasmar en una película.
"Paris, Je T'aime" (2006) es un París visto a través de la mirada de 18 de los más elogiados directores del mundo (Hermanos Coen, Gus van Sant, Alfonso Cuarón, Wes Craven, por citar algunos). Cada uno contará una historia de amor, separación, milagrosos encuentros, dolor o esperanza, situados en diferentes distritos de la Ciudad Luz.
Por su parte, “New York, I love you”, estrenada en 2009, es también un conjunto de cortometrajes de reconocidos directores y actores. Siguiendo la línea de "Paris, je t'aime”, los realizadores Fatih Akin, Yvan Attal, Randall Balsmeyer, Shekhar Kapur, Mira Nair, entre otros, posan sus lentes en distintos barrios neoyorkinos para descubrir variados cuentos de amor.
Estos films colectivos actuaron como inspiradores para jóvenes realizadores argentinos que, por imposición académica o decisión personal, gestaron o lo están haciendo en este tiempo, emprendimientos similares en el ámbito regional y local.
Agustín Lagos, Luis Piccinali, Germán Oural y María Fernández decidieron recorrer nuestra América morena en diciembre de 2011, con el antecedente de una filmación hecha en Bolivia. La idea es retratar y documentar por medio de pequeñas historias, las raíces comunes de nuestros pueblos y sus contrastes, para integrarlos en un documental titulado “Latinoamérica te amo”. Sus creadores explican que el film es un proyecto independiente que no busca la financiación corporativa ni gubernamental. Dicen tener dos objetivos claros: probar que se pueden realizar productos audiovisuales de calidad sin la necesidad de un gran respaldo económico, y promover la unidad latinoamericana a través de su trabajo.
Estos jóvenes cineastas dejaron sus trabajos en distintos programas de la televisión argentina y formaron la productora independiente Como se llama Cine, comenzando su gira el 5 de septiembre de 2012 en Rosario, rumbo a la primera escala internacional: Chile. El colectivo tiene como meta recorrer distintos puntos del país y la región en una motorhome, a la que bautizaron La Boya, proyectando los cortometrajes que van produciendo en el transcurso del viaje y comercializándolos para sustentar los costos.
Según cuentan los protagonistas, "la idea es experimentar con el documental clásico, entrevistas y ficción-documental, con puestas en escena y recreación”.
La Boya |
Por estos meses el grupo continúa su recorrido, ahora en tierras peruanas, siendo sus más recientes cortos las producciones que muestran Cuzco en todo su esplendor. Sin ruta preestablecida, con el anhelo de llegar a México como meta final, cada destino será una sorpresa y un reto renovado para ellos y el público seguidor que van sumando en su derrotero.
Los interesados pueden visitar el diario de
producción e interiorizarse de las novedades de “Latinoamérica te amo” en su página de facebook: https://www.facebook.com/latinoamericateamo
Con sabor cordobés
En 2011 también, a través de las cátedras
de Montaje y Producción de la Licenciatura de Cine y TV de la Universidad
Nacional de Córdoba, un equipo de docentes decide plantear un desafío de
realización audiovisual a sus alumnos. La
propuesta supuso un recorrido empírico de los estudiantes por un espacio urbano
asignado y localizado por la cátedra, que en el acercamiento fue coexistido, descubierto,
observado, dividido, para luego ser potenciado con el encuadre y redimensionado
con la organización del film.
La consigna fue la realización grupal de un cortometraje ficcional en locaciones de la Ciudad de Córdoba, asignándoles un área (que generalmente incluía un hito arquitectónico/paisajístico significativo desde lo histórico o social) que funcionara como disparador y a la vez contenedor del espacio cinematográfico desarrollado en la obra.
El conjunto de 30 cortos ficcionales conformaría una producción colectiva denominada “Córdoba te amo”.
Los futuros cineastas visitaron el lugar, hicieron relevamientos fotográficos, armaron los guiones, prepararon la puesta en escena y, finalmente, rodaron. Una vez logradas las tomas finales, desarrollaron la posproducción, para precisar el diseño último de la imagen y el sonido de los relatos, con el objetivo de ser exhibidos en el marco universitario.
Arturo Borio, María Alicia Cáceres, Pablo Checchi, Juan Manuel Fernández, Victoria Suárez y Marcela Yaya conforman el equipo de profesores que estimularon esta actividad.
Los docentes amplían sobre esta experiencia: “En la diversidad está la riqueza y una muestra que reúna las diferentes miradas se transforma en un mosaico con puntos de encuentro, con contrastes y contradicciones. La exhibición grupal abre un espacio de reflexión y descubrimiento del otro. Por ello creemos que la asignación arbitraria de los espacios a trabajar, construye la cartografía de la ciudad como un todo que lejos de ser homogéneo está parcializado por la percepción personal. En el conjunto se construye la complejidad”.
En la búsqueda de relatos representativos, el equipo académico manifiesta que “lo representativo no refiere al rescate de los rasgos tradicionales del lugar asignado, tampoco refiere a la jerarquización de determinados sectores sociales –ya sean populares, conservadores, etc.-, no pretendemos tampoco que en busca de la representatividad de un relato se promuevan la representaciones estigmatizantes y estereotipadas del mismo. La búsqueda de lo representativo tiene la única pretensión –sin desconocer con ello su complejidad- de lograr un relato que dé cuenta de ese encuentro subjetivo de los realizadores con el lugar. Encuentro que por ser subjetivo adquiere el carácter de único e intransferible. Entendemos que la referencia a un espacio real conlleva la sensación de “verdadero”. Es verdadero porque es un espacio conocido, accesible, que mantiene ciertas líneas de continuidad entre la representación audiovisual y la percepción individual del mismo al recorrerlo en la ciudad”.
Soy Olave |
De los 30 cortos que conforman “Córdoba te amo”, los responsables del proyecto destacan a “Soy Olave”. El grupo tuvo como lugar asignado Barrio Alberdi, específicamente la cancha del Club Atlético Belgrano de fútbol y la ex-cervecería Córdoba, otrora motor industrial de la ciudad. El cortometraje cuenta la historia de John Aguin, líder de una banda de “cuarteto-rock” que mediante un hechizo toma la personalidad de Juan Carlos Olave, arquero de la primera división de Belgrano.
Los noveles realizadores no sólo transmitieron su visión subjetiva del barrio, sino que optaron por trabajar con dos personalidades relevantes de Alberdi, dos personajes reales.
Cánticos de la hinchada - como paisaje sonoro auténtico - son utilizados eficazmente en el corto, reconociendo esa marca distintiva que opera como identidad en el sector.
John Aguin (quien se cree Olave y actúa de manera logradamente grotesca) es un acierto y un hallazgo de producción. La ambientación surge de manera natural, y así lo transmite el film, tiñendo todos los escenarios de celeste, color que identifica a la institución deportiva que se quiere mostrar.
“Soy Olave” ha traspuesto los
claustros universitarios, reeditado por Crocante
Producciones (de la estudiante de cine Natalia Romero y el locutor y
fotógrafo Gustavo Gómez) y exhibido en programas televisivos y funciones
especiales de diferentes ámbitos culturales y deportivos.
Otros cortos que recibieron críticas favorables fueron: “Encantado de conocerte”, “Páramo ajeno” y “Aquí no hay quien ame”.
Al primero de ellos les fue asignada La Cañada, en la desembocadura del Río Suquía. Para los que no han visitado Córdoba, es importante aclarar que La Cañada es un encausamiento construido en piedra en los albores de 1900, con el fin de evitar las permanentes y desastrosas inundaciones que afectaban a la población por esa época. Contenedor del río que parte a la ciudad en dos, la edificación se convirtió rápidamente en símbolo urbano. En ese marco, los estudiantes contaron -en tono de comedia dramática - el intento de suicidio de una joven, agobiada por su rutina laboral.
En “Páramo ajeno” las locaciones
seleccionadas resultaron el Hospital de Clínicas, centro de salud público, y el
populoso Cementerio San Jerónimo. La historia cuenta los encuentros para tomar
droga, entre una médica residente que roba fármacos en su trabajo y los
indigentes de la zona.
Finalmente, “Aquí no hay quien ame” retrata a Anselmo, un flamante desempleado de la Fábrica Militar de Aviones que recala en el Mercado Sud como nuevo espacio de trabajo. Un mercado que, entre carnicerías, frutas y pescados, cobija una Terminal de Micros Interurbanos. Un cotidiano transitar de cientos de cordobeses y la sensación de “no pertenencia” son la atmósfera predominante del corto.
Ajustando aspectos relacionados con la estrategia y el diseño general de esta actividad, los docentes continuarán en años sucesivos con experiencias similares a “Córdoba te amo”.
Jackie Bini
La Filmósfera
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