La Leo fue un cuarteto característico cordobés, fundacional. Ese nombre refiere a Leonor Marzano, hija del director de la orquesta y pieza clave en la creación del ritmo del tunga tunga disparado por su piano. Una estatua urbana la recuerda en pleno bullicio de la San Martín al 200, aunque su figura se va tornando cada vez más difusa para las nuevas generaciones. Pero es ahí donde Vivi Pozzebón, desde su inspiración musical y artística, y Carolina Rojo como realizadora audiovisual interesada en fenómenos sociales, unen fuerzas para poner en relieve nuevamente a La Leo, a través de una película pronta a estrenarse.
“La propuesta de Madre baile es hablar del origen etno musical del cuarteto y de cómo pese a que su creadora fue una mujer, no hubo más mujeres protagonistas en el universo cuartetero”, nos dice su directora.
Dos mujeres que se atreven a meterse no sólo con la historia, sino en la historia del cuarteto desde un punto de vista femenino.
La mujer del piano saltarín
¿Por qué Madre Baile? ¿Cómo llegó el tema a interesarte?
Carolina Rojo: En 2011 Vivi Pozzebón sacó su disco Madre baile y al año siguiente, desde nuestra productora Altroqué (que recién se estaba formando) filmamos el videoclip del tema Madre baile, junto a mi socia de ese entonces, Cecilia Galasso. Durante el rodaje del clip, mucha gente nos preguntaba quién era la Leo. “¿Leo sos vos?”, incluso le preguntó alguien a Vivi. Ahí empezamos a pensar en la idea de investigar y narrar la historia de la creadora del cuarteto cordobés, Leonor Marzano, en un documental. Además, Vivi nos contaba que durante la grabación del tema los músicos le explicaban cómo surgió la mixtura del pasodoble y la tarantela para llegar al cuarteto, y eso a ella (y luego a nosotras) nos pareció muy interesante.
¿Qué influencia reconocés en Leonor?
Vivi Pozzebón: No sé si una influencia directa con mi música, porque a partir de Madre Baile no hice otros cuartetos. Pero sí por el hecho de ser mujeres en la música. Así como dice el primer verso de la canción: “una obrera musical”. Me siento identificada y muchas veces pienso cómo se habrá sentido ella en los años 40 y 50 siendo una sola mujer, yendo con todos los hombres. Pero el cuarteto también tenía una cosa muy familiar, que después siguió con los años. Ella siempre fue o la “hija de” o la “señora de” Gelfo. Y también en las fotos de la época la tenían siempre del brazo, era como que la cuidaban. Nunca tuvo realmente su lugar y creo que, a partir de mi canción y ojalá que también con este documental, justamente se conozca cada vez más su figura y la importancia de ella como mujer en esta música popular de Córdoba.
Carolina, contános tu experiencia en el desarrollo, en la construcción del guion
Y fuimos tomándonos en serio esa idea que nació en los descansos del rodaje del videoclip, nos reunimos primero con Vivi, Karol Zingali y Andrea Lacombe para empezar a tirar entre todas preguntas claves que pensábamos que queríamos respondernos y quiénes podían hacerlo. Después, ya nos pusimos con Cecilia a leer un poco, ir a archivos y descubrir que casi no había material sobre el tema. Entonces hicimos algunas entrevistas para nutrirnos de historia oral que nos sirviera para escribir nuestro guion. Así conocimos a Eduardo Gelfo y Alejandro González Dago, por ejemplo.
Las primeras versiones del guion son de 2014, año en que obtuvimos dos premios que nos ayudaron a seguir trabajando en el desarrollo de la historia. Y ahí aparecieron los elementos constitutivos del relato: Vivi como entrevistadora involucrada, una ficción que muestre cómo eran los bailes de antes para contrastarlos con los de ahora, la presencia de la radio como un medio crucial que funcionó para difundir desde los comienzos esta música, músicos explicando desde la ejecución de sus instrumentos cómo se creó el ritmo de cuarteto y la búsqueda de figuras femeninas.
Claramente, en el camino, además de sucederse otros trabajos que deben darnos el sustento diario, también se sucede familia y vida. Recién en 2017, luego de acceder al Subsidio de Documentales Digitales de INCAA, pudimos retomar el proyecto y luego del rodaje, en la sala de montaje y como sucede por lo general con los documentales, terminé de armar esta historia. Luego de escuchar las entrevistas, descubrir los aportes de esas que ni siquiera estaban en planes, revisar los ejes temáticos, la narrativa, los climas, etc.
¿Cómo seleccionaron a los entrevistados?
Carolina: La canción “Madre baile” surgió luego de una charla entre Victor Pintos y Vivi: él le presentó a la Leo en el documental “De Ushuaia a La Quiaca”. Entonces, desde el vamos sabíamos que Víctor debía ser parte del documental, él y ese otro documental donde se ve a unos jóvenes León Gieco y Gustavo Santaolalla entrevistando a Leonor Marzano (uno de los únicos audiovisuales en que se la ve y escucha a ella).
Los músicos que grabaron el tema “Madre baile” con Vivi eran cruciales porque fueron parte de la génesis de la historia: Martín Rosel (pianista de Damián Córdoba) y Daniel Franco (acordeonista de la “Mona” Jiménez), ellos junto al “Negro” Videla hablan de la parte musical del ritmo.
A la historia del Cuarteto Leo y de Leonor, la cuentan su hijo Eduardo y su hija Marta. Los otros contenidos de la historia y el contexto lo dan Carlitos Rolán, Martín Rolán, Beto Guillén, “Turco” Oliva, Emeterio Farías, “Minino” Garay, Miguel Puch, Silvia Robles, Roberto Maldonado Costa y la ficción de época recreada para la película, basada en el libro “Historia de los cuartetos” de Alejandro González Dago.
Los análisis sociológico y político los hacen Alejandro y Gustavo Blázquez (entrevistados por Pablo Ramos), Fernando Belzagui y Andrea Lacombe. Ella habla en particular del rol de la mujer en el cuarteto y ahí ya nos entrevistamos con Nury Taborda, Noelia Martínez, Trinidad Bertero, Lore Jiménez y Magui Olave.
Además de las entrevistas, rescatamos pasajes de la obra de teatro “Sensación cuarteto” en donde la actriz Belén Pistone despliega una mirada creativa y crítica desde sus monólogos de mujeres atravesadas por el cuarteto.
¿Y qué tal resultó tu experiencia como entrevistadora, Vivi?
La peli tuvo muchos procesos, muchos años. Por eso no pensé en que llegaría el momento de hacerla. Pero cuando llegó lo hice de manera muy natural. Ahora que me veo (la verdad que tenía un poco de miedo de verme, con el tiempo), realmente me siento bien en ese rol de entrevistadora. De hecho, desde la cuarentena estoy haciendo unos Lives desde mi cuenta de Instagram, también como entrevistadora, pero en este caso entrevistando a distintas percusionistas del mundo (#tamborerasporelMundo). Y la verdad que me encanta ese rol de entrevistadora dentro de lo que es la música. Porque una de las cosas importantes de la peli es que se habla mucho de música, de la parte etno musical del origen del cuarteto. Con los entrevistados, con los músicos que tocan y dan ejemplos del cruce entre la tarantela y el pasodoble. Entonces creo que esos son los dos ejes del documental: la figura de La Leo y la mujer en el cuarteto, por un lado, y hablar sobre el origen etno musical del cuarteto, por otro.
¿Hay presencia femenina en el mundo del cuarteto? ¿Cuáles son los desafíos al respecto?
Carolina: En el cuarteto, como en la música y el arte en general, cuesta más la llegada de la mujer al escenario. Leonor Marzano creó este ritmo folclórico cordobés y lo hizo desde un grupo en el que estaban su esposo, su padre y luego su hijo. En palabras de Andrea Lacombe “la mujer no puede estar sola, los hombres en el escenario las tienen que cuidar”, no es en vano que las relaciones de parentesco sean cruciales para la supuesta aceptación de una mujer música. Trinidad Bertero (ex bajista de Chébere) nos contaba en el documental que al comienzo la presentaron como la hija de Beto, quizás por miedo a que el público no aceptara a una mujer en la banda. Un entrevistado varón dice “el cuarteto es asquerosamente misógino” y otro señala que “hay mujeres que hacen cuarteto en los barrios, pero pareciera que a la industria no le interesan”. Entonces, no habría que esperar que el mercado comercial incluya por sí solo a las mujeres. Creo que el desafío es en parte de las bandas, que se permitan incluir a mujeres músicas en su conformación; y en parte del público, que se anime a escuchar nuevas voces, nuevas letras, nuevas maneras de decir, desde un punto de vista femenino.
Vivi: Es una de las preguntas que le hago a distintas figuras del cuarteto, músicos o de la industria. Nunca les importó que hubiese mujeres. No saben qué responderme, o no les interesa. El único de los entrevistados que me dijo concretamente: “en el cuarteto son re misóginos”, fue el Minino Garay. La gente del ambiente del cuarteto no lo reconocen. Es una cosa que, cuando ves la peli, cae de maduro, pero nadie lo nombra, nadie lo dice. Si bien hubo figuras como Las Chichí, que yo también las nombro en la canción Madre Baile. Ahora también hay figuras como la Lore Jiménez o Magui Olave. Pero alguien como la Mona o Rodrigo, en mujer, nunca hubo. No hubo una mujer al frente de una banda, cantando, ni tampoco una banda de todas mujeres. Mujeres instrumentistas, muy pocas. Ahora en esta última época en Chébere, una chica instrumentista Trini Bertero que también tocó conmigo, en percusión también una de las chicas de Las Ninfas, Josefina Di Bert en los últimos años. Pero creo que es más por decir: incluyamos mujeres que está de moda. Pero no es algo verdadero. Por eso creo que Leo fue invisibilizada por el tiempo y recién ahora está cubriendo ese rol protagónico, de a poquito, viniendo del fondo para adelante. Y que no hubo mujeres en escena en el cuarteto. Sí hubo, por ejemplo, como en el caso de Juana, la esposa de La Mona en la parte administrativa, más en la industria que en lo artístico. En la peli también muestro a Nuria, que es la mamá de Minino Garay, autora que fue invisibilizada como otras, por la industria y por la familia. Tuve oportunidad de hacerle notas a diferentes personajes y vi que se conserva eso de familia y como hay cosas que no se dicen del todo. Espero, en la película también lo digo, que en un futuro haya mujeres en escena, detrás de escena, y en la industria del cuarteto.
¿Cuánto tiempo de producción y rodaje llevó todo el proyecto? ¿Con qué equipo trabajaste?
Carolina: El rodaje de la película, llevó aproximadamente 20 días si los contamos de corrido, cosa que claramente no sucedió: el factor económico y acomodar la logística entre tantas personas (equipo técnico, Vivi, los y las entrevistados/as) hicieron que pasara un buen tiempo entre una parte y otra del rodaje.
La producción general estuvo a cargo de mi socio en Altroqué Cine: Rodrigo Del Canto; con Vivi hicimos la producción periodística y ella hizo las entrevistas. El resto del equipo se conformó por: Maximiliano Angeleri Marty y Santiago Saliva (dirección de fotografía); ellos, María Gabriela Cedro Guevara, Esteban Cabrera y Agustín Ottonelli (cámaras); Ramiro Tarifa (dirección de sonido); él, Maximiliano Orona y Mathias Kwiecinski (sonido directo); Carolina Bravo (directora de arte); Marilina Fabro, María José Atala y Noelia Oliva (maquillaje y peinados); Victoria Glanzmann (montaje); Malena Catoni (color); Erwin Otoño (pos producción de sonido) y Eduardo Hennings (diseño gráfico). Y un gran equipo entre actores y técnicos.
En épocas de pandemia, ¿cómo será el lanzamiento de Madre Baile? ¿Y su devenir?
Carolina: Este es un tiempo triste por muchas razones más graves y peligrosas. En este contexto, es posible que tengamos que darla a conocer a través de alguna plataforma virtual. Y digo sólo a conocer y no a sentir, porque el verdadero estreno será en el momento en que podamos encontrarnos y hacer lo que la película invita: bailar, cantar, abrazarnos y hasta compartir un fernet con coca. Deseamos que ese sea su devenir, después que pase este aislamiento preventivo. Y que esta peli sea parte y pueda hacer un humilde aporte a ese tiempo en que recuperemos libertades y alegrías.
Jackie Bini
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