El cine viaja en tren


Recurrente fascinación del cine por las historias que viajan, nacen, mueren o descansan en el tren. Amores absolutos, infidelidades, asaltos y traiciones, esperas interminables, despedidas y reencuentros, placeres y necesidades, sueños y ansiedades, tesoros y espías, inmigrantes y explosiones, escapes y destinos. Todo cabe en esas infinitas vías que conducen vidas en las tramas cinematográficas, desde el inicio mismo del séptimo arte. 
Mucho se ha escrito de esta relación tren-cine en artículos, ensayos y notas. Hay incluso un blog consagrado a describir este enamoramiento entre ambos vehículos de comunicación humana. En La Filmósfera sólo trataremos de mostrar, en una selección arbitraria pero afín a nuestras preferencias, aquellas películas que consideramos emblemáticas en el abordaje del romance de la gran pantalla con el ferrocarril.


  • El maquinista de la General (C. Bruckman, B. Keaton, 1926)

Johnny Gray (Buster Keaton) es maquinista en un estado del Sur y tiene dos grandes amores: una chica (Anabelle Lee) y una locomotora (La General). En 1861, al estallar la Guerra de Secesión, Johnny intenta alistarse, pero el ejército considera que será más útil trabajando en la retaguardia. Sin embargo, Anabelle cree que es un cobarde y lo rechaza. El maquinista sólo podrá demostrar su auténtico valor cuando un comando nordista infiltrado en las líneas confederadas le robe "La General" y rapte a Anabelle. Johnny no dudará un segundo en subirse a otra locomotora y perseguir a los yanquis para recuperar a sus dos amadas.



  • Alarma en el expreso (Alfred Hitchcock, 1938)

En un país centroeuropeo, el tren Transcontinental Express sufre un gran retraso a causa del mal tiempo. Los pasajeros pernoctan en un pequeño hotel, donde Iris Henderson entabla conversación con una vieja institutriz inglesa, la señora Froy. Poco después de reanudar el viaje, Iris se da cuenta de la desaparición de la anciana, pero los demás pasajeros afirman que su amiga no existe y que ella ha sufrido una alucinación.



  • Estación Termini (Vittorio De Sica, 1953)

En la estación de tren de Roma, una americana decidirá si regresa con su marido o se queda con su amante italiano. Obra sobre la infidelidad, de De Sica y con grandes actores.




  • El último tren de Gun Hill (John Sturges, 1959)

Matt Morgan, el sheriff de Gun Hill, está decidido a capturar a los asesinos de su mujer. Con esa intención se desplaza a otro pueblo de la localidad. El amo completo de aquellas tierras es el rudo ganadero Craig Belden, viejo amigo del sheriff Morgan. Pero tras las pesquisas convenientes, Matt descubre que el hombre que está buscando es el hijo de su antiguo colega.



  • El tren de las 4:50 (George Pollock, 1961)

Un extraño asesinato es perpetrado en el tren de la estación de Paddington. Al menos, eso es lo que cree la anciana Miss Marple, aunque según la policía ella no ha tenido más que una pesadilla en la que imaginaba que un viajero era estrangulado. Aún así, la adorable y persistente Marple hará sus pesquisas. Primera de las cinco películas sobre el célebre personaje de Agatha Christie dirigidas por el inglés George Pollock. Margaret Rutherford (El espíritu burlón) encarnó a la perfección a la divertida y eficiente viejecita.




  • El tren (John Frankenheimer, 1964)

El Coronel Franz Von Waldheim se encuentra destacado en París con una misión muy concreta: hacerse con las modernas pinturas francesas, las mismas calificadas de "degeneradas" por los nazis, y cargarlas en un tren con destino a Alemania para el Tercer Reich. Eso sí, ha de tener mucho cuidado de no dañar la carga y, además, tiene de tiempo límite lo que tarden los aliados en reconquistar la ciudad, es decir, poco margen, ya que cada vez están más cerca.



  • El tren de Bertha (Martin Scorsese, 1972)

En la época de la Gran Depresión, Bertha, una joven huérfana, se enamora de un sindicalista. Ambos acaban convirtiéndose en asaltantes de trenes. Uno de los primeros filmes de Scorsese, que se puso a las órdenes del productor Roger Corman, rey de la serie B.



  • El emperador del Norte (Robert Aldrich, 1973)

Un guardavías descarga su odio en los mendigos que viajan de balde. Son los años de la Depresión, y con un punto de sadismo Shack (Ernest Borgnine) se ceba sin razón aparente. Pero va a encontrarse con la horma de su zapato: un tipo (Lee Marvin) que quiere burlarle para convertirse en ‘El emperador del Norte’.
Gran film de acción de Robert Aldrich, el enfrentamiento resulta un auténtico duelo de titanes. Inolvidables las escenas en el techo de los vagones.




  • Asesinato en el Orient Express (Sidney Lumet, 1974)

Adaptación de una de las novelas más conocidas de Agatha Christie. Narra la historia de un asesinato perpetrado durante un viaje en el legendario Orient Express. La investigación del famoso detective belga Hercules Poirot (Albert Finney) tropieza con grandes dificultades, pues los ilustres pasajeros disponen de una coartada que los excluye como sospechosos. Inmejorable reparto para un film que consiguió un Óscar (mejor actriz secundaria: Ingrid Bergman) y seis nominaciones.



  • El primer gran asalto al tren (Michael Crichton, 1979)

Ambientada en el siglo XIX, la historia cuenta el asalto de un tren cargado con 25.000 libras en lingotes de oro. Pero Pierce, experto ladrón interpretado por Sean Connery, y sus dos compinches tendrán que robar primero cuatro llaves a cuatro diferentes personas. Fue el primer robo de la historia de estas características. Basada en hechos reales.




  • El tren del infierno (Andrei Konchalovsky, 1985)

Manny, el recluso más duro de una remota cárcel de Alaska, elabora un audaz plan y consigue evadirse con su compañero Buck. En un tren de mercancías, Manny y Buck van camino de la libertad; pero, de repente, el maquinista sufre un infarto y muere. Entonces los dos fugitivos se sienten atrapados, solos y lanzados a toda velocidad hacia una muerte segura. Hasta que descubren a un tercer pasajero: una hermosa ferroviaria que está tan desesperada y decidida a salvarse como ellos.




  • Polar Express (Robert Zemeckis, 2003)

Un niño se encuentra en la cama, despierto, escuchando los sonidos que llegan del exterior. Faltan cinco minutos para la medianoche. Eso no tendría nada de extraño si no se tratara de la noche más esperada del año: Nochebuena. Sin embargo, el chico está triste y desencantado porque piensa que la Navidad no es lo que parece. Ha perdido la fe que tenía antes… Entonces un terrible estruendo le saca de su sopor y un enorme tren negro se detiene a la puerta de su casa. Cuando sale a echar un vistazo, el revisor le invita, junto con los demás pasajeros –un grupo de niños muy variado–, a marchar al Polo Norte, donde vive Santa Claus. Animación.



  • Viaje a Darjeeling (Wes Anderson, 2007)

Francis, Peter y Jack son tres hermanos que se han ido distanciando con el paso del tiempo y ya ni siquiera se hablan. La muerte de su padre los reúne de nuevo y de ese reencuentro surge la necesidad de volver a estrechar los lazos familiares. Francis, el mayor, propone un viaje en tren por la India a bordo del Darjeeling Limited, la línea ferroviaria que recorre el país de un extremo al otro. Ya en el tren, comienzan las disputas verbales, e incluso físicas, y su comportamiento llega a tal extremo que son obligados a apearse del tren. A partir de entonces, abandonados a sus propios recursos, empieza para los tres un viaje que no habían previsto.




Como bonus track, les dejamos el trailer de una deliciosa película de Andrei Konchalovsky de 2002, Dom Durakov (La casa de los engaños). Si bien toda la acción transcurre en un hospital psiquiátrico en medio de una guerra, es en el luminoso tren que los internos miran pasar - principalmente la protagonista - donde el film alcanza, además, una belleza superlativa .


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