La Provincia presagia buenos vientos mientras el cine cruje por el virus




El director del Polo Audiovisual de Córdoba apuesta a la reanudación de las filmaciones. Asociaciones del sector alertan sobre situación de los trabajadores

Jorge Álvarez suena tan optimista que uno podría olvidarse que la pandemia está tocando la puerta de su oficina, en el Polo Audiovisual de Córdoba.

“¿Viste que se dice que una crisis puede ser una oportunidad?”, comenta el director del Polo al otro lado del teléfono, “Bueno, nosotros estamos tratando de prepararnos para la oportunidad. Creemos que la apertura de actividades se va a dar en las ciudades y espacios menos poblados. Entonces estamos preparándonos para que los rodajes de Buenos Aires se vengan a hacer acá”.

Mientras tanto, como sucede en todas las esferas de la actividad económica, el sector audiovisual se encuentra en alerta ante una escena tan imprevisible como pavorosa. Sólo en Córdoba, el trabajo de cientos de técnicos pegó un volantazo en todas las etapas de la actividad: se pospusieron estrenos (Azul el Mar de Sabrina Moreno y Mañana tal vez de Florencia Wehbe), se frenaron rodajes (Los delincuentes co-producida por Paola Suárez y el nuevo film de Inés Barrionuevo), se suspendió la preproducción de nuevos largometrajes (Sobre las nubes de María Aparicio y Los inoportunos de Ismael Zgaib), y se congelaron los procesos de posproducción de películas y series (Entre nosotros de Rodrigo Guerrero, Lxs desobedientes de Nadir Medina, Moto de Gastón Sahajdacny, Todas las pistas fueron falsas de Alejandro Cozza, Las motitos de Inés Barrionuevo y Gabriela Vidal, El bandido de Luciano Juncos y Metro veinte de Belén Poncio y Rosario Perazolo).


Lxs desobedientes de Nadir Medina

Traduzcamos rápidamente: la mayor parte de los trabajadores audiovisuales no tienen ingresos fijos, sino contratos eventuales por cada filmación. Sin rodajes, tampoco hay sueldos. 


Desde los estamentos más altos del Estado, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA, la principal fuente de financiamiento de la actividad) parece caminar dos pasos atrás de las necesidades urgentes. Pero la situación es doblemente pantanosa, considerando que la nueva gestión dirigida por Luis Puenzo no sólo debe afrontar la pandemia, sino que debe hacerlo sobre la podredumbre que dejó el ex-presidente Ralph Haiek. En un primer balance, las autoridades actuales encontraron un déficit de 800.000.000 de pesos solventado con fondos no ejecutados en años anteriores. En síntesis: las arcas del INCAA quedaron sin reservas y los ingresos actuales se redujeron drásticamente porque las salas de cine no están cortando entradas.

En las últimas semanas, Luis Puenzo afirmó que se encuentran estudiando un impuesto para las plataformas de streaming (una política necesaria, con o sin pandemia). También firmaron un acuerdo con el Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina (SICA) para sostener la obra social de los trabajadores hasta el mes de junio, aunque la medida no aplica al interior del país. Y hace semanas, el presidente del Instituto anunció que lanzarán concursos para sacar al sector de la parálisis, contemplando tanto a guionistas y directores como a productores y actores: “La idea es dar trabajo ahora”, dijo con certeza a Télam. Al cierre de esta edición, aún se esperaba la apertura de esos concursos.


Desde Córdoba, Jorge Álvarez parece más ocupado por el futuro (incierto) en que los rodajes vuelvan a ser posibles, que por el presente que viven los realizadores del sector.

A la espera de que se levanten las banderas, el funcionario enumera las medidas de preparación. Se está finalizando el protocolo sanitario de filmaciones, junto a la Asociación de Productores de Córdoba (APAC) y la Cámara de Productoras Audiovisuales de Córdoba (CAPAC).  Se terminó un catálogo de producciones apoyadas por el Polo, con el fin de hacer ventas “del producto cordobés” al Sistema Nacional de Medios Públicos. Se está armando el registro de técnicos y artistas y se está cerrando el catálogo de locaciones de toda la Provincia de Córdoba, con esperanzas de que los productores porteños escapen de las restricciones en la gran ciudad para migrar al interior.

Lo que permanece en incógnita es qué sucederá con el día a día de los cineastas cordobeses que vieron desvanecer sus ingresos. Es decir, ¿qué pasa en el mientras tanto, sobre todo sabiendo que la liberación de las actividades depende de las fluctuaciones diarias del virus? ¿Qué pasa si la habilitación del rubro audiovisual no está a la vuelta de la esquina, como espera el Polo?


“Vos me estás pidiendo que yo tenga un concepto que ralla más en lo mágico”, dice Álvarez, como si el entusiasmo se le esfumara por unos segundos.


Ministerio de Magia

La situación es urgente. Una encuesta realizada por la Federación Audiovisual Argentina (FAVA) a pymes del sector audiovisual, arroja datos esclarecedores: al 22 de abril, el 100% de los encuestados cordobeses sostenían que había tenido que suspender al menos una o más actividades y el 67% preveía una crisis a corto plazo para afrontar los costos de alquiler de oficina y/o servicios. 

Desde el Colectivo de Cineastas realizaron una encuesta a trabajadores individuales, cuyos números los llevan a advertir sobre la emergencia del sector: “Un 37% podría entrar en riesgo alimentario al corto plazo; más de 80% dejó de percibir ingresos por suspensiones de trabajos desde el inicio de la cuarentena, de los cuales el 65% dejó de percibir cualquier tipo de ingreso desde ese momento; más del 50% tendría problemas para afrontar un alquiler en el corto plazo, entre otros datos alarmantes. Y en relación a las ayudas del Estado nacional, casi el 60% de lxs trabajadorxs se inscribieron para recibir el IFE, de los cuales sólo el 16% resultó aprobado”

En base a esta última encuesta, Jorge Álvarez se ocupó de acercar bolsones de comida a los trabajadores que manifestaron estar en riesgo alimentario, aunque admite que eso no soluciona la situación.

Sin ningún plan B por parte del Estado provincial, los integrantes del Colectivo de Cineastas apoyan y colaboran con la asistencia alimentaria, al mismo tiempo que afirman que las medidas deben ser más amplias. Propusieron la creación de un incentivo de emergencia para los trabajadores junto con SICA, la apertura de un sistema de becas creativas y la reformulación de algunos concursos 2020 del Polo Audiovisual en función de la contingencia, considerando que la posibilidad de volver a filmar es incierta. Hasta el momento ninguna propuesta fue recibida positivamente. 


Todas las pistas fueron falsas de Alejandro Cozza



Quién va a filmar (en) el futuro

Los integrantes de otras asociaciones estudian los protocolos sanitarios para volver a filmar. Lorena Quevedo, de CAPAC, sostiene que planificar el reinicio de actividades “a corto plazo” es fundamental para la supervivencia del sector. Pero Paola Suárez, de APAC, advierte que el proceso de pensarlo es difícil por la incertidumbre.

“Hay un montón de especulaciones y futurología: ¿Empezaremos en agosto o en septiembre? España empezó a desacelerar la cuarentena ¿Cómo lo hizo? ¿Se puede hacer acá?”, se pregunta Suárez, “¿Qué tipo de producción se va a poder llevar adelante? ¿Cuándo se va a poder rodar? ¿Se va a poder rodar una ficción? ¿Qué tipo de contenido vamos a poder hacer? Hoy estamos pensando en estas inquietudes”.

Uno de los mayores desafíos para los protocolos sanitarios es pensar su viabilidad en Córdoba. La mayor parte de los proyectos audiovisuales en la Provincia tienen presupuestos bajos y medios, mientras las medidas que empiezan a trascender de países como España exigirían gastos superiores: médicos en set, uso de termómetros infrarrojos, materiales individuales para cada trabajador, espacios más grandes para mantener las distancias requeridas por el protocolo de sanidad. 

Entonces, la pregunta abierta: ¿quiénes estarán en condiciones de cubrir esos costos si los premios otorgados siguieran teniendo los mismos números?

Pero además, la realidad presupuestaria: ¿qué tan rápido bajaría el dinero para filmar cuando el INCAA dice que su caja está en crisis y el Polo Audiovisual, como señalan desde el Colectivo de Cineastas, tiene pagos atrasados hasta de los concursos de 2018?

A medida que la situación se extiende, las distintas asociaciones del sector se reúnen a conversar en la Mesa Audiovisual de Córdoba, cada una con sus matices.

Suárez dice que el Polo Audiovisual convocó al Consejo Asesor esta semana, lo cual abre una puerta para hacer sus propuestas. “También esto es una creencia, porque no sabemos qué se puede hacer realmente”, concluye.

Quien aquí escribe espera que el Estado responda con lo que debe: más Estado. Porque todos sabemos que la política y las vidas y los sueños de las personas no dependen solo de esperanzas... ¿cierto?


Por Iván Zgaib para La Nueva Mañana

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