Galia Kohan, actriz

 Una y Mil Galias

Allí estaba, levantando una ovación entre cientos de asistentes al Teatro Griego, en un recital por el día de la mujer. Y también estuvo allí, en La Cochera, cómplice del Paco Giménez, en otra de las tantas obras que los vieron juntos. Pero, además, sentados en las cómodas butacas del Cineclub, la vimos allí, en la pantalla, viviendo otras vidas y emocionándonos. Y en bares y pubs, teatros de pueblos y coliseos, elencos oficiales e independientes, aventuras colectivas y en solitario. Es todas ellas y es ella misma, siempre. Galia Kohan se multiplica en el arte. Personaje de nuestra cultura cordobesa, aunque se define como actriz de provincia, su talento no conoce fronteras.


“Nunca se me ocurrió que iba a ser actriz” comienza contando, “mi vida estuvo acompañada por los libros, el cine y, fundamentalmente, la música. Siempre me gustó cantar, cuando en la primaria me aceptaron en el coro de la escuela fue la mayor felicidad, con mi voz grave pensaba que no podía cantar. En la infancia y la adolescencia me la pasaba escuchando música y cantando frente al espejo de la habitación de mi madre. Recuerdo sacar de su ropero cortes de tela que ella guardaba y usarlos sobre el cuerpo a modo de amplios vestuarios. Tal vez en aquel cuarto ya estaba la actriz escondida, esperando salir a escena”

La historia de su vida, sus inquietudes, sus sueños, fluyen con la misma naturalidad e intensidad con las que vive.

“Estudié en la Facultad de Filosofía Letras Modernas y me recibí de licenciada y profesora, especializándome en lingüística. Siempre adoré el lenguaje, las palabras, su significado más profundo, creo que todo se va acomodando en este relato de cómo llegué al teatro. Me llamaron como cantante para integrar el elenco de una obra infantil en el teatro El Duende dirigido por Jorge Magmar. Empezaron los ensayos y el director me propuso que actuara, me hizo hacer algunas improvisaciones y me dio el visto bueno. Esa tarde en el patio de su casa me recibí de actriz. Luego con ese grupo y con tan solo 18 años nos fuimos de viaje por todo el norte argentino, Bolivia y Perú. En esa gira iniciática aprendí mucho sobre esta tarea de las artes escénicas ya que fui sonidista, utilera, cosía y planchaba vestuarios y todo ese increíble mundo del detrás de escena. A veces metía la pata como una vez en Bolivia en que tuve que manejar una grabadora de cinta abierta, muy sofisticada para mis rudimentarios conocimientos. Y como no la sabía utilizar muy bien mandé la música en los momentos inapropiados y el director cortó la obra y entró a la cabina enojadísimo y después no sé cómo terminó la cosa, creo que bien. La obra siguió, te estoy hablando de una época en que nada era digital por supuesto.

“A mi regreso continué con mis estudios en la facultad, eran los años 70, de grandes movilizaciones. El Cordobazo nos había atravesado, en la universidad vivíamos de asamblea permanente. En ese contexto surge el grupo La Chispa, la política y la militancia nos interpelaba en nuestras creaciones colectivas, participamos de las grandes movidas de la época junto a la gente de Canto Popular organizando festivales en sindicatos y funciones barriales.

“La música y el teatro siempre corrieron paralelas en mi trayectoria. Hice café-concert en Elodia con Doña Rosa, Raúl Ceballos, interpretando canciones acompañada por Luis Alesso y Francisco Heredia. Con Ricardo Baró y su grupo musical hicimos con el genial actor Danilo Devizia ´Las Galias de Danilo´.  Con Miguel Iriarte participé como actriz de sus grandes éxitos del teatro cordobés haciendo temporadas en Carlos Paz de ´Eran cinco hermanos y ella no era muy santa´, ´San Vicente Super Star´, ´Las Gallegas´.  Hice muchas obras musicales para niños, con dirección de Manuel González Gil y de Héctor Pressa. He sido titiritera del elenco estable de la Provincia, me he trasladado por diferentes ámbitos de la actividad, he pasado por la dramaturgia para niños y la dirección. Trabajo en teatro La Cochera junto a Paco Giménez con mi grupo Delincuentes Comunes desde hace más de 35 años, creando nuestras propias obras con las que participamos en eventos y festivales nacionales y extranjeros con excelentes críticas y a veces recibiendo algún que otro premio. Siempre estuve en Córdoba, me considero una actriz de provincia. Desde el 2014 al 2016 viajaba cada 15 días a Buenos Aires cuando fui Jurado de Calificación de Proyectos del Instituto Nacional del Teatro, cargo que obtuve por 2 años por concurso. Dedicada al teatro desde muy joven, trabajé durante 30 años en el teatro San Martín como integrante de la Comedia Infanto Juvenil, cargo que obtuve también por concurso.”


Los recuerdos y su presente se suman y pujan por ocupar un espacio en estas páginas. Pero seguramente no podremos hacer justicia ante lo amplia y versátil de su trayectoria artística. E intentamos esta síntesis de vida, apenas una pincelada de todo lo que hizo y hará.

¡Pero no nos olvidemos del cine, Galia!

“Mi relación con el cine es desde la más tierna infancia. me recuerdo con mis padres volviendo a pie del cine Astral en Alta Córdoba todos los domingos. Luego con mis amigas de la cuadra a la matinée a ver 2 o 3 películas en una tarde. Años después, al centro, al Sombras, al Lumiere, al Ángel Azul y a todos los cineclubes. Soy adicta a las pantallas. Siempre que he sido convocada como actriz a participar en alguna filmación he aceptado, he actuado en innumerables trabajos finales de alumnos de la universidad y luego en algunas pelis profesionales. ´Oasis´ sobre la vida de Saint-Exupéry filmada en Entre Ríos, coproducción con Francia. ´La Herencia´ de Sergio Schmucler, que fue la última actuación de Ulises Dumont. ´Boca de Fresa´ protagonizada por Érica Rivas y Rodrigo de la Serna, con dirección de Jorge Zima. ´El Grillo´ con dirección de Matías Herrera y el equipo del Calefón, con la que participamos en el Festival Internacional de Mar del Plata en la competencia latinoamericana. Y más reciente, ´El último cuadro de Luz Belmondo´ de Rosendo Ruiz y Alejandro Cozza”.

Nos vamos despidiendo, con la sensación que ese largo camino recorrido todavía tiene muchos tramos más para desandar. ¿Quedan asignaturas pendientes?

“Siempre me interesó el trabajo de la voz y el canto y la voz del actor, tuve la posibilidad de conocer a mi maestra Kosana Lucca del Roy Hart Teather. Recorriendo mi historia siento que todo se fue acomodando caprichosamente según las épocas y las posibilidades a las que puede acceder una actriz en una ciudad como Córdoba, como te digo me considero una actriz de provincia, con mis tiempos más lentos, un tanto abúlicos. Agradezco haberme cruzado en la vida con maravillosos compañeros actores con los que he compartido los rituales antes de entrar a escena, risotadas, gritos, peleas, viajes y giras y cientos de anécdotas divertidas y no tanto. Me gusta mucho escribir, pero me falta un poco de valor y constancia, admiro profundamente a los escritores. Prefiero las actividades no tan solitarias, el teatro y el cine son experiencias milagrosas de grupo, de equipo y eso es lo que me atrae, trabajar con el otro, con el ritmo de la respiración del equipo que sostiene la escena y eso es lo que extraño en estos momentos”.


Por Jackie Bini




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