Bob Cuspe: Nós não gostamos de gente. ¡No me mates, cartoonista!

El realizador brasilero Cesar Cabral participa con su largometraje Bob Cuspe: Nós não gostamos de gente, en la Competencia Latinoamericana del 36° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Una joya en stop motion que deambula por la crisis autoral del famoso historietista Angeli y la supervivencia de sus personajes. Una lucha real en una historia de ficción.


A Cabral le interesa primero explicar quién es Angeli para luego abordar su película. “Es importante destacar que Angeli es famoso por matar a sus personajes. Angeli publicaba su tira diaria en un importante diario de Brasil llamado Folha de Sao Paulo y en 2008 hice una mixtura entre documental y animación sobre él (Angeli The Killer). En 2014 o 2015 comencé con él a entrar en un nuevo proyecto cuya idea era hacer un largometraje para tratar de profundizar más el universo de este autor. Y ver qué lo lleva a él a lidiar, y cómo lo hace, con sus personajes. Y Bob Cuspe es tal vez el personaje más alter ego del autor. El primer gran personaje. El primer gran éxito como historietista. También tenía que ver con el punk, con la música, y con la historia de Brasil de los años ´80. Entonces, a través de entrevistas iniciales, de unas 30 horas de material, me fui relacionando con él de una manera muy tranquila. A veces iba solo o con un equipo reducido para tratar de entender y registrar en qué momento estaba el autor. Porque tiene que ver con ese momento del autor en crisis. Y con eso, junto a Eva (Randolph, montajista) comenzamos a construir una primera narrativa de tipo documental, para luego desarrollar el guion de la ficción. De la historia de la película, con sus personajes tratando de sobrevivir a la ira del autor”.   

Para los espectadores de la película, aun los más neófitos en el tema, el trabajo de realización impacta ya que se supone arduo y complejo. “El proceso de producción, de animación en general, fue muy artesanal con stop motion. Es bastante más cercano a lo que sería un proceso de filmación ´live-action´. Una situación con maquetas, con muñecos, con iluminación, con cámaras, en un estudio. La animación se hace cuadro por cuadro. Así que se va moviendo al personaje, tomando fotografías, y esa secuencia de fotos crea la ilusión de movimiento. Es un proceso cinematográfico. Nosotros lográbamos dos o tres segundos por día por animador, cuando era un día bueno. Y lo divertido de este proceso con Bob Cuspe es que es algo que lleva mucho tiempo y hay que planearlo mucho. No podemos decir: ´bueno, toma 2´. El documental, por otra parte, es todo lo opuesto. Tenemos un gran material de horas y horas de filmación y luego hay que trabajar en la edición. Esto era un ejercicio constante de montaje del film con lo que realmente quedaba para ser animado. En especial la parte de Angeli. Una cosa tiene influencia sobre la otra. La animación permite trabajar la preproducción, producción y posproducción en paralelo. Es lento, vamos trabajando por escenas, por planos de la película y se va definiendo la totalidad del proceso. Y cuando vemos el conjunto de la película, vemos si filmamos bien o faltaron cosas. Puedo dar algunos ejemplos de la complejidad. Los muñecos tienen articulaciones de metal que es lo que permite posicionarlos en forma precisa, lo cual es fundamental para lograr la animación. El rostro, donde tenemos lipsync, es decir sincronización labial, utilizamos impresiones 3D, con una secuencia de bocas, que da unas 100 formas diferentes por personaje y que íbamos cambiando según la animación y qué era lo que se estaba diciendo”, manifiesta el director. 

¿La elección del historietista supuso alguna exigencia extra? “Estaba el desafío de lidiar con la obra de un autor consagrado. Teníamos que tener un diálogo con el trabajo de Angeli, no podíamos desconectarnos de los personajes que él creó. Había que transportar la realidad bidimensional de sus historietas a otra tridimensional de stop motion. Y es una relación fuerte. Siempre muy atentos y con el cuidado de que la gente tuviera el contacto y el conocimiento de quién es Angeli. En Brasil es un poco más fácil, porque es muy famoso y marcó a una generación. Pero fuera de Brasil se pierde ese elemento de ese gran autor con sus personajes en crisis con su obra. Yo no sé cuánto alcanza la película, pero sí sé que comunica y construye bien. Entonces Angeli es como un personaje de sí mismo. En las historietas él se autodibuja, se llama ´el viejo cartoonista´, ´el viejo dibujante´. Y esto es algo que nosotros llevamos también a la película”, concluye Cesar Cabral.


Sinopsis:

Bob Cuspe es un mítico personaje de cómics: un viejo punk que resiste, en medio de un mundo postapocalíptico, al ataque constante de un ejército de mini-Elton Johns mutantes. Del otro lado de la realidad, Angeli, su no menos mítico creador, enfrenta una crisis creativa. Entrevistado por un equipo de cineastas, mientras reflexiona sobre su trabajo decide matar a Bob Cuspe. Así comienza un viaje por el desierto que rompe los límites entre documental y ficción. ¿Qué pasa cuando alguien se convierte en leyenda? ¿Se vuelve eterno o deja de existir? ¿El artista es un demiurgo o son sus criaturas quienes dictan su destino? ¿Qué implica matar a un personaje? ¿Cómo sobrevivir de uno y otro lado de la ficción? En esta aventura animada en stop motion, hecha con el mismo amor artesanal con que Angeli dio vida a sus creaciones, Cesar Cabral le da cuerpo al conflicto entre el artista y su obra, al tiempo que construye un homenaje perfecto. Y nos recuerda, una vez más, que el punk no ha muerto.


Ficha Técnica:

G: Leandro Maciel, Cesar Cabral

F: Alziro Barbosa

E: Eva Randolph

DA: Daniel Bruson

S: Daniel Turini, Fernando Henna, Henrique Chiurciu

M: André Abujamra, Márcio Nigro

P: Cesar Cabral

CP: Coala Filmes

I: Milhem Cortaz, Paulo Miklos, Grace Gianoukas, André Abujamra, Laerte Coutinho



Comentarios